Estoy cabreada, y es que después de leerme las 584 páginas de la última novela de Haruki Murakami me he sentido engañana y muy decepcionada.
Este libro no tiene nada que ver con las otras dos historias del autor. Es cierto que el estilo es el mismo, que la soledad y la introspección sigue siendo el tema principal. Nombra a grandes de la literatura y del cine, el lenguaje es rico en metáforas y dichos, pero la realidad cotidiana de "Tokio Blues" y de "Al sur de la frontera..." se ha jodido en esta novela.
¡Menudo Freak Show! ¡Venga a los personajes raros y los pensamientos enrevesados! La fantasía nunca me ha molestado, pero siempre y cuando sea coherente y se le de un final adecuado, como en "La historia interminable" o en "El Sr. de los anillos" En esta novela la mayoria de las cosas se quedan sin explicación. ¿Que le pasó a los niños en el monte? ¿Porqué Nakata se quedó así despues de aquello? ¿Que o quien es Johnnie Walken? ¿De que va la historia esa de las flautas de almas de gato? ¿Que es el gusano blanco que mata Hoshino? ¿Y el hombre Cuervo? ¿Que hay de Sakura? ¿Era de verdad su hermana? ¿Quién mató al padre de Tamura? ¿Que pasó la noche en que se despertó lleno de sangre?
Me puedo buscar yo misma una respuesta imaginaria a todas estas preguntas, pero debería ser el autor el que me las diera.
Además de que muchas veces me he encontrado a mi misma pegando cabotadas en mitad de una descripción o de una conversación. ¡Si es que había diálogos que no llevaban a ninguna parte! Mucho besugo en esta historia.
A medida que acababa las últimas lineas del libro me empezaba a poner de mala leche. Nisiquiera los finales de Stepehn King son tan malos.
¡Venga ya, Murakami! ¡Esta vez te has lucido!