Hoy ha nacido Luisito Cebrian Gomez, entre las 9 y las 10 de la mañana.
Se me hace imposible imaginar el tiempo que tiene este niño por delante... ¡Ufff! Una eternidad de juegos, aprendizaje y desengaño.
Pasará por la sensación de inmortalidad intemporal de los 4 a los 6 años, y pasará por todas esas típicas inseguridades de la pubertad. Y luego será como nosotros, unos post-adolescentes con los sueños aun por cumplir. Esperemos que Luisito triunfe antes de los 30.
¡Qué envidia me da! Y que ganas tengo de verle crecer.
¡Bienvenido Luisito! ¡El mundo es todo tuyo!
-Aguzando el oído al fluido y exquisito violonchelo de Fournier, el joven se acordó de su niñez. De cuando iba todos los días a un río cercano a pescar peces, especialmente lochas. "En aquella época, yo no tenía por qué pensar en nada", se dijo el joven. "Había bastante con ir viviendo. Sólo por el simple hecho de vivir, yo ya era alguna cosa. Era algo espontáneo. Pero, en un momento dado, dejé de ser así. Vivir me fue convirtiendo en nada. ¡Qué cosa tan extraña! La gente nacemos para vivir, ¿verdad? ¿Cómo es que yo, conforme he ido viviendo, he ido perdiendo contenido hasta convertirme en una persona vacía? Y además, de aquí en adelante, a medida que vaya viviendo posiblemente siga convirtiendome en una persona más vacía aun, que valga menos todavía. Aquí hay un error. No puede pasar una cosa tan extraña. En alguna parte debe de poder cambiarse la dirección de la corriente"-
KAFKA EN LA ORILLA
Haruki Murakami