viernes, 12 de julio de 2013

Cosas que cambian, cosas que no cambian...


Ayer estuve con Moises de tapas, y la situación me resultaba extrañamente familiar... y es que pase lo que pase en nuestras vidas, siempre se repiten esos encuentros y como no nos vemos muy a menudo, siempre representan para ambos pequeñas escapadas de la realidad diaria.
A medida que crecemos, vamos dejando atrás a mucha gente. Hace poco leí en alguna parte una frase que decía que el 99% de la gente ya no se habla con los que en algún momento de su vida llamaron "Best friends". Y yo, que he llamado así a poca gente, me siento afortunada porque a casi todos los sigo teniendo a mi lado. Sigo teniendo una larga lista de amigas y amigos con los que hablar sin parar de las cosas de la vida. Pero los "Best friends" recientes no cuentan, tienen que haber estado a tu lado durante gran parte de tu vida, conocer tus entresijos, locuras, problemas y alegrías. Tienen que haber estado ahí cuando estabas deprimida, o te gustaba un chico, o necesitabas llorar. Tienen que tener un master en ti, y tú en ellos. Y eso solo se consigue con mucho tiempo, y en este caso, con muchas cervezas, muchas tapas, y muchas horas de escuchar buena música juntos.
Hay cosas que no cambian, y esa sensación reconforta.