jueves, 28 de marzo de 2013

Castillos de arena

No recordaba lo que era la Semana Santa. El año pasado los precios eran tan altos que la gente no se planteaba venir.
Este año, como en los viejos tiempos, el camping está rebosando movimiento. ¡Entradas sin parar! Las siete horas se me han pasado volando.
Tengo además a Charlie de visita con su novia y su hijo, y son, como siempre, una compañía fantástica. Christian es una de las pocas personas en Bayreuth con las que, pase el tiempo que pase, siempre será como ayer. Muchas veces me pregunto ¿Cuál es la diferencia entre esas personas y otras? ¿Cuál es el truco mágico para que siga habiendo confianza? ¿Está en mi poder? ¿Soy yo la culpable de que no sea así con todo el mundo? ¿Por qué cuando salgo los fines de semana no soy capaz de congeniar con gente nueva y sin embargo mantengo una estrecha amistad con alguien que veo cada 5 años?
Lo estoy pasando muy bien, no paro de hacer cosas y no me da tiempo a no ser feliz. Castillos de arena en la playa, paseos al sol, paellas, pizzas y tapas...
Sin embargo, cuando llego a casa por las noches, derrotada, cansada y feliz, siempre me pega un pequeño bajón. Echo de menos a Bartek y nuestra vida juntos. Echo de menos su compañía y sus historias y sus abrazos. Por la noche siento que ya no somos dos, y que estoy "wirklich alleine"
Ojalá no existieran las noches para que no tuviera que sentirme nunca así.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Gafas de visión pasada


A veces me cuesta creer en la magia del destino, en el azar, en que las coincidencias sean un entramado controlado por un ser superior que juega con casualidades para alinear la vida. Pero entonces ocurren cosas que cuadran tan bien... que asusta.
Hace diez años empecé a escribir un diario con las aventuras de mi nueva vida en Paris, mi nuevo trabajo, mi nuevo amor... no duró mucho, un par de meses a lo sumo, ya que las nuevas experiencias me arrancaron las ganas de escribir sobre ellas. El tiempo era para vivirlo y saborearlo y no para perderlo escribiendo sobre ello.
Al volver de Francia, sin un lugar donde caernos muertos, dejamos todas nuestras cosas en el trasero de mis padres, y algunas de ellas se perdieron en lo profundo de la oscuridad, como los calcetines en la lavadora, como los bolis Bic en la oficina.
Después de diez años, el domingo pasado mi padre, que había estado haciendo limpieza de trastos, había encontrado una bolsa llena de libros nuestros, y entre ellos, mi diario. Que CASUALIDAD encontrarlo justo en este momento.
Al leerlo, he podido ver desde fuera, lo que estaba pasando en mi vida en aquellos tiempos, y lo inocente y tonta y cabezota que fui forzando una situación que se ha alargado tanto tiempo y que no tenía futuro desde el principio. Pero yo no lo veía entonces, y ahora tengo este privilegio de observarme desde fuera, a través de unas gafas de visión pasada, como si de una película se tratara en la que yo (diez años mas joven) soy la protagonista.
Y me dan ganas de gritarle a esa niña tonta: "Corre Lucía, ¡Corre!"

jueves, 14 de marzo de 2013

How do I look?

Me encantan esos programas de cambio de look de la TV. Disfruto viendo el avance físico y psicológico de la gente, me emociono cuando al final la persona aparece metamorfoseada, hermosa y feliz y la comparan con su anterior yo. El gusano y la mariposa. Te transmite una sensación de que en la vida hay infinitas posibilidades para mejorar, y están ahí, al alcance de la mano. Solo necesitas unos cuantos amigos cabrones que te empujen o una racha de viento que te lleve hacia la dirección correcta.
Eso si, me imagino con toda mi ropa fetiche viendo como la hacen desaparecer por un tubo y puedo decir con certitud que alguien saldría muerto de ese programa.
Ayer estuve en un concierto de Laetitia Sadier, y me sentí mejor que nunca. No se si fue la compañía, el ambiente, la música, la maravillosa Laetitia tan francesa, tan bohemia, tan parecida a mi Emma... que el rato que pasamos se convirtió en mi mejor momento de la semana.

miércoles, 6 de marzo de 2013

De catarros y otros viruses


Tercer día. Los dos primeros han sido muy duros, pero hoy ya ni me acuerdo de por qué. Ni si quiera he tenido ganas de llorar. Hoy parece que nada de esta historia es demasiado importante y sigo mi vida con normalidad.
Si me siento así el tercer día, dentro de un mes seré una persona nueva, recompuesta y fuerte. Podré reinventarme con las piezas que yo elija. Espero saber escoger bien esas partes y ser yo misma para siempre, sin mascaradas ni metamorfosis, manteniendo las partes de mi carácter unidas, sin dejarme ninguna tecla mal colocada.
Siempre he sabido como era yo, o como quería ser (si es que no es lo mismo) y ahora me siento con fuerzas para materializarlo. Tengo tantos sueños que se me salen por las orejas.

viernes, 1 de marzo de 2013

Begin the Begin

Hace diez años empecé una etapa en mi vida llena de duros muros que derrumbé con energía y de zanjas muy altas que he saltado con orgullo.
Tengo recuerdos de reuniones, excursiones, viajes y descubrimientos varios.
También empezó a partir de entonces un declive en mi autoestima que me ha ido matando poco a poco, a mi y a mi alma creativa. Al paso del tiempo todo a mi alrededor se volvió gris y al final apenas disfrutaba con nada.
Puedo verlo en mi blog, en lo que escribía, en lo que escribo... es como si el ansia se hubiera transformado en aire, y se hubiera volado en uno de esos temporales de Benicassim.
No puedo decir que vaya a volver a ser la que era antes. No lo creo. La vida me ha cambiado demasiado como para poder volver a ser la misma. Pero si que voy a cambiar, eso seguro, ya que lo quiera o no lo quiera ahora empieza otra etapa, y puedo ver que el futuro es de color rosa, un rosa suave nada estridente. Mi color favorito.