lunes, 13 de agosto de 2018

Vacaciones

Las vacaciones han empezado bien, y continuan mejor aún.
Salimos el viernes directamente del trabajo. Conseguí dejar todo medio explicado y eso ha hecho que me vaya más tranquila.
No se si fue por la emoción, pero el viaje a Zaragoza se nos hizo muy corto. Casi sin darnos cuenta llegamos al hotel Tulip Inn que me recordó a los viejos hoteles de Las Vegas que aparecen en las películas. No estaba mal para pasar una noche, pero se nota que había conocido tiempos mejores.
El hotel estaba en las afueras, y como no queríamos pillar el coche para ir a cenar, acabamos tomando una hamburguesa en un McDonalds abarrotado de gente gritona. Comimos y volvimos. Me di un baño como siempre que hago cuando encuentro una bañera en mi camino, y nos quedamos dormidos viendo “Crimen en el Paraíso”.
Al día siguiente desayunamos en Utebo, siguiendo el camino. Nos dimos cuenta de que estábamos en un mundo distinto al nuestro porque nos pusieron un churro para acompañar el café. Qué rico!
Nos encontramos atasco, pero el paisaje verde y montañoso nos aconpañaba y calmaba.
Llegamos a San Sebastián y el tráfico nos agobió mucho hasta que conseguimos aparcar. Atención! La zona azul es gratuita los sábados! Yo pague igual por idiota.
Comimos en un restaurante con azulejos vintage llamado la Rebotika que tenía poco de Vasco, pero que nos gustó mucho. La especialidad era platos a la brasa y nos comimos unos mejillones con sabor a churrasco que me encantaron.
Después paseamos por la playa de la Concha, vimos por fuera el palacio de Miramar, y soñamos con la vida allí. El paisaje era precioso, aunque lo estropeaba el hormiguero de gente que iba y venía invadiendo el espacio.
No tardamos mucho en seguir camino.
Esta vez si que se Joana hizo un poco pesado, se notaba la operación salida y había atascos y tráfico por todas partes. La autopista era un reguero de coches esquivándose los unos a los otros.
Pero llegamos a la casa de Emma y Jean Pierre sin problemas y Justo a tiempo para la cena.
Emma tiene un don para cocinar, su relación con loan alimentos es tan Harmoniosa que parece que cocine haciendo trucos de Magia. Todo sencillo, todo sano, todo delicioso. Y como ya era tarde, después de cenar nos fuimos a la cama.

Emma y Jean Pierre viven en una casa que está a las afueras de HIersBrouage, un pueblecito en mitad del campo. Tienen una casa preciosa, amplia, minimalista y decorada con mucho gusto. Me encantan los manteles de colores, la cocina perfectamente equipada, las tazas y platos diferentes y estampados. Todo en esta casa respira alegria y paz.
Todas las habitaciones tienen luz,  que entra a través del amplio jardín. ¿Cuantos metros? Quien lo sabe, el final  se pierde con la vista. Un huerto con tomates y frambuesas, árboles de distintas especies, ranas y flores. Todo rodeado de un maravilloso silencio. Me muero de gusto!

El domingo lo pasamos visitando mercadillos, comiendo mejillones en la playa y paseando bajo el sol. La marea estaba baja, pero poco a poco fue subiendo y nos atrevimos a bañarnos. El agua más fría del mundo! Aunque Bartek insiste que embargo Bretaña estará más fría aún.
Mención especial al murmullo que se escucha en los mercadillos y me la playa. La gente no grita. ¿Por que en España somos tan escandalosos? Que bien se estaba entre gente civilizada...

Cenamos en el jardín. Emma preparó mi tarta preferida de Ruibarbo. JeanPierre nos enseñó un par de Catas de Taychido y hablamos de la vida, del alma de filosofía y de películas d en Ciencia ficción.
Creo que podría vivir así siempre.

Lunes, esta mañana ha llovido, pero solo un momento. Hoy será un día tranquilo y nos dedicaremos a hacer nada. Mañana ya tocará mover el culo.

jueves, 9 de agosto de 2018

Los molinos de la provincia de Castellon

Pues este fin de semana pasado, nos hemos animado a asistir a la X feria de turismo de montaña que tenía lugar en la Serra de Engarceran. Ofrecían acampada libre en el monte, al lado de la piscina, y había puestos de comida ambulante, mercadillo y conciertos.
Me gusta ir de camping, aunque hay muchas cosas que pueden estropear la experiencia,  como el infernal calor, las moscas, los vecinos escandalosos y el olor a estiércol que aparecía a oleadas recordándonos a todos que había una granja de cerdos al girar la esquina.
Puntos fuertes: probamos una tapa de chorizos argentinos riquísima. Me compre unas zapatillas de senderismo Salomón que son exactamente lo que andaba buscando y vimos un concierto homenaje a Elvis!
Otro momento memorable del fin de semana fue la excursión a pie por la sierra para visitar unos grabados rupestres en un abrigo de la montaña. Nos acompañaba un guía jovencito, lleno de energía y de historias interesantes que nos contó con entusiasmo la evolución del hombre desde los inicios de los tiempos. Consiguió trasladarnos al pasado y entender muchas cosas de la historia. Fue una excursión fantástica, a pesar de que el camino era costoso y hacia un sol que asesinaba.
En la excursión coincidimos con un señor entrañable de 78 años de les Coves con el que compartimos el camino. Empezamos a « parlar i parlar » y como quien no quiere la cosa, nos acabamos contando la vida.
El hombre venia de una familia de labradores, y no había empezado a estudiar hasta los 9 años. Pero a pesar de eso, se sacó la carrera de magisterio y ganó una plaza de profesor de matemáticas en una escuela de línea de valenciano. Tuvo que pasar por pruebas de idioma que le imponía el sistema ya que a pesar de haber hablado valenciano toda su vida, no tenía un título que lo acreditara. ¡Cosas absurdas de la vida!
Nos contó que cuando se casó con su mujer, se fueron en coche de luna de miel por Europa. Sus familias pusieron el grito en el cielo porque en aquella época parecía muy arriesgado. En Francia le pusieron problemas porque en el pasaporte de ella ponía casada y en el de él, que no se lo había renovado aún, ponía soltero. En Italia se les estropeó el coche, y como era de marca española le dijeron que tardarían semanas en recibir la pieza de repuesto.
Todo esto me lo explicaba el buen hombre utilizando palabrejas y acentos de cada idioma según correspondiese. Un montón de aventuras. Toda una vida!
Le pidieron que escribiera en el periódico de su pueblo, y como no quería hacerlo sobre ningún tema político para que no hubiera enfrentamientos, decidió escribir sobre los molinos. Cada semana un artículo, cada artículo un molino. Y con el tiempo dio conferencias y escribió varios libros sobre el tema. Conseguimos llegar al pueblo de vuelta y nos apuntamos a otra excursión (esta vez en autobús) para ver unas cuevas llenas de estalactitas.
El fin de semana acabó y se quedó todo en un recuerdo lleno de picaduras de mosquito.
Pero hoy me ha vuelto todo a la memoria porque he recibido en el trabajo un Libro de Benjamí Barberá “Molins Fariners d’Aigua de la provincia de CAstello”
Con una desicaroria preciosa que me ha alegrado el día.
Y me he puesto a leerlo y a enseñárselo a mis compañeros que coinciden conmigo en que es una joya.
Voy a usar el libro para dos objetivos: practicar el valenciano, que después de esta excursión le he cogido cariño, y visitar cada pueblo de la provincia en busca de los molinos. Y de cada uno leeré su historia y curiosidades en el libro de Benjamí.