viernes, 25 de enero de 2019

Reviviendo Madrid

Poca gente lo sabe, pero cuando estaba cursando tercero de EGB destinaron a mi padre a Madrid, y allí que me fui a vivir en otro mundo más grande.
Nueva casa, nuevo colegio, nuevas amistades, nuevas aventuras... Aquelló duro solo un año y medio, en el que tomé mi primera comunión y realicé mi primer y único examen de Ballet.


Yo le echo la culpa a Madrid de mi falta  de cultura,  ya que allí perdí el hilo de mi educación, y nunca volví a recuperarlo. 
 Ahora, ya adulta, me doy cuenta de que posiblemente el nivel de estudios era más alto en el colegio de Madrid y me faltaban muchos conocimientos para poder estar a la altura.
Para mi fue una pesadilla. La niña nueva que entró a mitad de curso. Salí de Castellón siendo una de las más espabiladas de mi clase y llegué a ese maldito colegio como la más apardalada. No estaba al nivel intelectual de las niñas, y además mis compañeras eran malas, y remalas. Recuerdo querer encajar en ese mundo de pillaje y no conseguirlo. Había que ser dura, egoísta y despierta para sobrevivir.  Niñas de 11 años en la gran ciudad! que cabronas...
Iba al colegio con una sensación horrible de angustia, de no estar en mi sitio, de no dar la talla, estaba perdida y en soledad total, sobreviviendo cada día, viviendo los domingos con una pena terrible porque el lunes había que volver.

El día que salí de ese colegio sabiendo que regresábamos a Castellón y que ya no tendría que volver jamas, fue el más feliz de mi vida. Aquella tarde salí corriendo del colegio sin despedirme de nadie, y recuerdo el camino de vuelta a casa, esa tarde de Junio de 1986 saltando, mirando al cielo y respirando el aire a bocanadas, como si por fin me hubieran quitado una soga imaginaria del cuello. 
Hacía tiempo que no recordaba esa angustia. Me ha venido a la cabeza estos días, porque estoy sintiendo algo muy parecido en el trabajo. Lo estoy reviviendo todo como si volviera a tener 11 años. Mismo miedo, misma angustia por las mañanas, mismas ganas de llorar, mismas ganas  de salir corriendo y quitarme la soga del cuello de una vez por todas.