viernes, 18 de agosto de 2006

La otra Lucía

A veces encuentro cosas que escribí de pequeña y al leerlas me parece estar descubriendo a otra persona. He cambiado tanto que no me reconozco.
Hoy entre unas cajas de libros viejos que me ha traido mi madre del apartamento he descubierto una hoja escrita a máquina, con muchos tachones e infinitas faltas de ortografía. Era el comienzo de un cuento que escribí a los 14 años. Como siempre nunca lo seguí. Para mi, los comienzos eran fáciles, lo dificil era continuar.
Lo voy a trascribir tal cual, (pero sin errores ortográicos).
"Hacía tres horas que había dicho en casa que salía a comprar un helado, ni squiera lo había hecho. En verano las noches están siempre llenas de gente y de niños, y las calles huelen a mar, y estan siempre recubiertas por una capa de arena suave. La gente viene y va con un murmullo, y las motos pasan por tu lado en manadas.
Los bares salen al paso extendiendose casi hasta la playa, y aun siendo de noche hay niños jugando en la arena seca. Ves personas pasar y te preguntas que será de sus vidas. Hay gente que conoces y agachas la cabeza para no saludarla. Unos niños pasan a mi lado en bicicleta. Al fin me dejo caer en un banco y miro al mar.
Han cambiado muchas cosas, las villas han crecido y han ido sustituyendo a los viejos apartamentos.
Cuando la arena llegaba casi hasta las puertas de las casas, y aun se veía gente pescando en la orilla, y viejas de negro mojandose los pies , antes de que edificaran las redes de boleibol, y antes de que apareciera en la playa esa gente tan perfecta, hace unos diez años, yo vivía aquí."
Después empiezo a hablar sobre una familia ficticia de huerfanos con nombres raros que tienen que luchar para sobrevivir. Esa era siempre la tesis de mis cuentos.
Pero tengo que reconocer que para una niña de 14 años no escribía nada mal. Si ahora mismo un bucle en el tiempo me permitiera volver atrás 15 años para conocer a la otra Lucía... sería un gran honor.