¡Ay! ¡Qué calor!
Mi decisión de dejarme el pelo largo me está provocando una subida del termostato. No me acordaba del calor que daba la melena en la cabeza. De todas formas esta temperatura provocará dentro de poco una tormenta de aupa, y entonces cambiará el ambiente. Mientras tanto las horas pasan humedas y abochornantes en estos días de agosto. Uno se sienta donde puede y respira con dificultad el aire caliente esperando a que la noche traiga un poco de oxigeno fresco. Para reyes voy a pedir AIRE ACONDICIONADO.