¿Por dónde empezar? Pues por el principio.
Moises llevaba meses reclamando una visita. El martes me lo volvió a preguntar. Pues tengo el sábado libre ¿Te viene bien este viernes? Además hay concierto en la Lata de Bombillas. Una tal Ana Muñoz, chica con guitarra en plan acústico (como a mi me gusta). Pues vale. Pues voy.
Para ponernos en situación: Yo no había hecho un viaje largo en coche sola en mi vida. Cuando empecé a salir con Bartek no tenía carnet, y después de sacármelo, siguió siendo él el conductor oficial de los viajes largos, en parte porque Bartek se sentía mas seguro al volante y en parte porque es difícil cambiar el rol de conductora novel, aunque hace ya 7 años que tengo el carnet.
Viernes, meto 4 cosas en la bolsa del gimnasio, la suelto en el coche, y después de trabajar, sin cambiarme el uniforme ni nada, cojo la Nacional y directa para Zaragoza.
Para el viaje elegí algunos viejos CD's que literalmente hacía 18 años que no escuchaba, pero es curioso... Tanto tiempo, y seguía conociendo la letra, los tiempos, la entrada de los solos y las pequeñas variaciones de cada canción, de todo el CD, de cabo a rabo. Me sorprendió la tozudez del cerebro humano, empeñado en mantener esos datos dormidos durante tanto tiempo. ¿Estarán ocupando espacio y por eso ahora no puedo recordar ni la letra de mis propias canciones?
Parada obligatoria en un área de servicio de Teruel para tomarme un bocadillo de jamón. Me encanta el ambiente en los bares de carretera, con toda esa gente que está de paso, mucho espacio, muchas mesas, generalmente casi todas vacías, al lado de ventanas gigantes desde las que ves la carretera. Me senté en silencio a observar. Un deleite.
El bocadillo estaba rico, rico.
Sigo camino. Gracias al GPS de mi teléfono llego sin problemas.
El piso de Moises es muy bonito, y muy suyo, la decoración huele a Beltrán por todas partes.
Charlamos, paseamos, volvemos a casa, yo me tomo una cerveza, Moises se hace un té. Nos arreglamos y nos vamos de concierto.
¿Y que decir de Ana Muñoz? Que tiene una voz muy mágica, que las letras eran muy poéticas, y que junto al reverb de su Fender consiguió encandilarnos a todos. Además era muy bella, encantadora y deliciosa. Me reí mucho con sus monólogos, y con sus historias. La chica llegará lejos.
Cuando salimos del bar Moises y yo íbamos discutiendo sobre la edad que debía tener, yo la veía joven, pero él la hacía de nuestra quinta. Resultó tener 10 años menos. Y de ahí la conversación derivó en lo bien conservados que estamos, y lo jóvenes que nos sentíamos. Todo esto mientras devorábamos un Durum en el mejor puesto de Kebabs de Zaragoza.
Al día siguiente nos levantamos de buen humor, y después de desayunar viendo un concierto de los Pixies en la Smart Tv de Moises, me pegué una ducha de chorros en su Smart shower. Nos fuimos volando para IKEA. ¿Y para que detallar este episodio? todos sabemos lo que me gusta Ikea y lo que disfruto paseando por esos ambientes tan cuidadosamente creados. Me cambiaría de casa todos los meses para poder redecorar mi vida.
Luego comimos en su piso. Conchi, la señora que ayuda a Moi con las tareas de casa le había dejado comida preparada para un regimiento, así que zampamos hasta hartarnos como si fuera el Buffet libre de un hotel de lujo. Vimos un episodio de Sherlock y nos quedamos dormidos escuchando al pedante de Benedict Cumberbarch.
Al despertarnos tuvimos que correr un poco para llegar a tiempo al cine. Elejimos "La Gran Belleza" una peli muy extraña, llena de personajes excéntricos que se pasean unos detrás de otros como si de un álbum de fotografías se tratara. Me encantó. La Roma que yo conocí no estaba llena de fiestas locas ni de personajes famosos, culturetas y snobs, pero en la peli de Sorrentino si que reconocí algunas cosas de mi Roma . Las imágenes del canal, el magnífico Coliseo, las calles llenas de curas y monjas, y sobretodo, ese cerrojo secreto a través del cual se puede ver el Vaticano. ¡Existe de verdad! No todo el que ha visitado Roma ha tenido el placer de verlo, pero yo tuve unos guías fantásticos, romanos auténticos, que me mostraron ese y otros secretos de la ciudad.
Pero volviendo a la película. Mi personaje favorito ha sido Ramona que dijo con total convencimiento eso de "No estoy hecha para las cosas hermosas". Y me hizo pensar que quizás yo tampoco lo estoy, que es algo incontrolable y que solo queda asumirlo como hacía Ramona y seguir adelante sin esperar mas de la vida. ¡Grande Ramona!
Después del cine fuimos al centro, y tapeamos por el Tubo. Cerveza aquí, cerveza allá y acabamos otra vez en la Lata para escuchar buena música. Moises se queda en la barra, con el Shazam enchufado, y cuando suena una canción que le gusta, la identifica y la añade a su lista de reproducción de Spotify. De ahí que haya descubierto cosas tan buenas como Joe Crepúsculo y Tachenko. Vuelta a casa. Dormir. Desayunar. Decir adiós.
El viaje de retorno ha sido mas rápido que el de ida. Sin novedad en el frente, la carretera casi vacía, con sol y niebla escuchando jazz en Radio3.
En total han sido poco mas de 38 horas de vacaciones, pero me han sentado mejor que una semana entera. El sentirme capaz de hacer un viaje sola, el compartir el tiempo con un amigo de verdad, la confianza, la nostalgia, el entendimiento y las risas. Ha sido una terapia que necesitaba con urgencia.
Y ahora de vuelta al mundo ya estoy haciendo planes para mi próxima excursión.