Ayer fuimos Bartek y yo de paseo por la playa. Hacía mucho tiempo que no pisaba la arena ni veia el mar de cerca. Parece que cuando tenemos las cosas a mano, no sabemos valorarlas.
Luego una visita a papa Jose y a mama Laura, y por supuesto al super bebé Luisito. Nunca había visto un niño tan risueño. Es un personita feliz y despierta, como sus papás. No me extraña que les haya salido así. En un mundo en el que la gente discute, se grita y se pelea, él está creciendo en un ambiente de amor y cariño. Y como dice José: "Los genes tienen mucho que ver..."