Estos días han ocurrido muchas cosas, buenas y malas.
Nos hemos comprado la Nintendo DS, y estoy medio enganchada. Hay juegos muy chulos, la mayoría didácticos. La recomiendo.
Vi por casulidad "Desayuno en Plutón" otra película que sigue la linea de "Amelie", pero ambientada en la Irlanda rural y en Londres, algo menos inocente y con un travesti adorable como protagonista. Le pongo un 8.
El día 20 fue definitivamente un gran día. El miércoles pasado se cumplían 5 años desde que Bartek y yo empezamos a salir. Parecía que iba a llover todo el día, pero por la mañana salió un poquito el sol y nos fuimos a pasear por el parque de Lidón donde descubrimos una cafetería muy especial en la que estuvimos muy agusto y a la que volveremos sin duda.
Comimos en Julivert con Kelo y luego nos fuimos a Valencia a tomarnos un helado. Paseos fuera de lo habitual, tiendas japonesas y sushi de segunda. Cuando llegamos a casa estabamos muertos.
Un día "Lyb" total.
Otro tema.
Llevo una semana acompañando al hospital a una señora cuyo marido cogió una infección de pulmón y ha estado en cuidados intensivos al borde de la muerte.
Todos los días tenía que traducir frases como "estado crítico", "fallo de todos los órganos", "coma inducido", "mantener la esperanza"...
Egoistamente le pedí a mi madre que rezara, porque no quería pasar por el trago de tener que traducirle a esa mujer que su marido se iba a morir, y al día siguiente milagrosamente el médico nos dice que se recupera, y de un día para otro le quitan todos los aparatos, y empiezan a alimentarle normalmente. Mañana puede que lo trasladen a la primera planta del hospital donde están los enfermos normales.
¡Madre mia! ¿Que ha pasado?. Muchos pensarán que ha sido solo casualidad, y que se ha recuperado por la eficiencia médica, pero yo de verdad creo que hay cosas que se nos escapan, cosas que nuestra mente nunca podrá entender del todo.
Creo a pies juntillas eso de "la fé mueve montañas" y desearía alguna vez tener tanta como mi madre.
Hoy me he enterado que nuestro vocal de escalera se ha muerto. Pedro Perez, un señor de la edad y el porte de mi padre, radioaficionado, la mar de inteligente, un hombre admirable que conseguía movilizar a toda la comunidad con sus palabras. Tenía unas ganas de vivir y de hacer cosas que ya las quisiera yo. Aun no me creo que se nos haya ido. Se le va a echar muchísimo de menos en los Almendros.
Y bueno... tenemos nuevos vecinos en el piso de abajo. No son polacos, como los anteriores, ni tienen niños que corran, ni tienen perros que ladren, pero ¡Por Dios! ¡Son unos gritones! Es lo que intento hacerle entender a Bartek, gritar es parte de la cultura española, el tono de voz viene con la sangre, ¡Herencia de la España profunda!