Mi poema preferido de Benedetti me impactó cuando lo leí a los 13 años, colgado del corcho de la habitación de una amiga de mi hermana. Recuerdo ser consciente en ese preciso instante del paso del tiempo y la vejez.
De pequeños los mayores eran gente de 30, y ahora que nosotros somos los de 30, los mayores son la gente de 50.
Pero es cierto que crecer conlleva en la mayoría de los casos "madurar", y eso implica el asimilar mejor la perdida de la juventud. Cada año que pasa le tengo menos miedo a envejecer, hasta el punto que me imagino a mi misma, una abuelita arrugada y algo sorda, paseando feliz con mi Bartek por la playa.
Es como cuando era estudiante y llegaba el viernes. El domingo hacían una serie que me apetecía mucho ver. Estaba deseando que llegase ese día, pero no tenía prisa porque el sábado estaba ahí, lleno de infinitas posibilidades para disfrutarlo. Así pienso yo que es la vida.
Cuando el oceano sea por fin el oceano, creo que lo llevaré bastante bien.
Este video es fantástico. My Generation
