De año en año con la ocasión del cumple de mis sobrinas, veo a dos de mis niños preferidos, Felix y Paula. Y siempre descubro que han crecido un montón desde la última vez, y que se están convirtiendos en unos pequeños adultos.
Siguen siendo igual de cariñosos y aun se acuerdan de las tardes que pasamos juntos cuando yo era su canguro. Empecé a cuidarles cuando Felix tenía 2 años y ahora ya tiene 12 y lleva aparato en los dientes, juega a tenis y le gusta el monopatín. Paula hace natación sincronizada y la semana que viene compite en Barcelona. Se le nota porque tiene el cuello y la espalda más formados. Cada vez que la veo me recuerda más a su madre.
Son los dos unos soles.
