Pues hoy tengo razones para estar contenta. Y es que el gato recien nacido que encontraron Jose y Laura en Valencia ha sido por fin adoptado. Yo y una amiga le hemos estado amamantando y mimando durante dos semanas, en busca de alguien que quisiera cuidarle, y hoy por fin ha ocurrido el milagro.
Mi jefe, que había estado de vacaciones y que no se sabía la odisea del gato, ha visto la jaula en recepción y se ha enamorado de la gatita, que ya tiene los ojos abiertos y está preciosa. Le he contado toda la historia, y le he preguntado si sabía de alguien que la quisiera. "Pues si. Yo mismo" me ha dicho. Y ¡que alegría! porque aunque mi jefe sea un poco despistadillo a veces, es una buenísima persona, y estoy segura de que le va a dar mucho cariño. Ahora espero que la gata se porte bien con él.
No tardó ni 20 minutos en mandar a alguien a buscarla y llevarla al veterinario para que la desparasitaran.
Y en realidad me ha dejado un poco con el corazón roto, porque aunque estaba deseando deshacerme de ella, el placer de tenerla en la mano y oirla ronronear... no tiene precio. Algún día me decidiré a tener animales. Por el momento ya tengo suficiente conmigo misma.
