Marijke, la holandesa-hungara de pelo rojo, y Fernando, el argentino-gallego tatuador.
se van...
Envidio la inquietud por vivir que tienen los dos, siempre con ganas de ver y hacer cosas, de conocer gente y de viajar... Son espíritus libres.
A Marijke la vamos a echar de menos especialmente en el camping, ha sido una recepcionista estupenda y una compañera maravillosa.
¡Sigue mirando las puestas de sol en Augsburg, Marijke! Así te acordarás de Benicassim.