El domingo 6 de enero, como es costumbre en nuestra familia, nos fuimos a comer fuera. Antes nos juntábamos 3 familias distintas, padres, hijos, abuelos, tias y tios y la madre que los parió para comer el roscón. Ahora que lo pienso debimos ser un infierno para los camareros.
Poco a poco nos vimos reducidos, y finalmente solo quedamos seis. Que triste.
Nos comimos el roscón a la solana (parecía que estuviéramos en Junio) y a Bartek le tocó la figurita. Y como todos los años, el haba para mi tía.
Fue un día estupendo. Me encantan las sobremesas con mi familia recordando historias... Es curioso, todo tiene mucha mas gracia recordado después de algún tiempo.
Bartek y yo nos dimos una vuelta por la playa y después quedamos con Patri y Xavi para tomar un café. Fuimos a un sitio que es decorado de la serie Benicense "Un verano cualquiera".
Tiene gracia que justo la semana pasada estuviera pensando que sería una buena idea que alguien hiciera un culebrón adolescente, tipo "Al salir de clase" pero ambientado en Benicassim, y ¡PUM! de repente pongo la televisión Local y ahí está. A la serie le falta mas diálogo y un guión mas elaborado, pero por lo que respecta a la ambientación, y a la fotografía no puede ser mejor. Y lo mas curioso es que está hecho por adolescentes con una videocámara. Esto me suena a Amenabar... aunque no quiero exagerar.
Los adolescentes de ahora me dan mucha envidia. Tienen a mano tanta tecnología y tiempo libre que pueden hacer maravillas. Cuando yo era joven tenía muchas ideas en el cap, pero ningún medio para hacerlas realidad. Todo se ha quedado encerrado en mi cerebro. Viendo a Charlieissocoollike de 17 años haciendo videoblogs en Youtube, me dan ganas de volver a nacer para poder hacer el payaso sin complejos delante de la cámara y colgarlo en la net para que todo el mundo comente. A los 31 años lo que puedes hacer en esos videos queda muy reducido, pero quizás lo intente de todas formas.
La misma noche del día seis, fui con Eze y LadyStardust a cenar en Toneles, y luego a tomar unas copas en Bambu, (local al que prefiero llamar "Buda Bar").
Me queda la sensación en el recuerdo de no haber parado de hablar. Suele pasarme cuando estoy agusto. ¡Por favor! ¡Que alguien me haga callar!