Hemos sobrevivido a nuestra aventura polaca, y mis vacaciones tocan a su fin. Mañana de nuevo estaré en el trabajo, estresada, deprimida y agoviada. Es el sindrome postvacacional, algo imposible de evitar.
Estos días no he hecho todo lo que quería, aunque he descubierto cosas interesantes tras horas ante el ordenador. Filología inglesa tiene nuevas becas erasmus, entre las cuales hay 3 plazas para la Universidad Nicolás Copernico en Torun, ¡TORUN! La ciudad de Batek. No me arrepiento de mi año en Alemania, pero hubiera sido muy interesante hacer mis prácticas allí y quizás conocer por casualidad a Bartek o a sus hermanos.
El año que viene me había planteado empezar Turismo. Me interesan sobretodo las asignaturas de contabilidad y marketing. Leyendo el programa de estudios me entran unas ganas enormes de empezar ya, aunque vaya a suponer un esfuerzo descomunal trabajar y asistir a clase. Si todo sale bien y me convalidan asignaturas de Filología podré optar a una beca erasmus el segundo año, y aunque para turismo la opción polaca es en Wroclaw, supongo que aun dejan elegír becas de otra carrera y me iré a Torun como una reina los 5 meses que dura la estancia a vivir con la familia de Bartek.
Si algo no he dejado de hacer en estas vacaciones ha sido soñar...
