Esta noche se nos ha muerto un alemán en el camping.
Por la noche vino su mujer a recepción para que avisaran a un médico, pero cuando llegó la ambulancia no pudieron hacer nada. El señor Meier tenía solo 69 años.
Nunca hablé mucho con él porque era muy tímido, pero me acuerdo de verle paseando su chiuaua por el camping y cabrearme porque dejaba que hiciera pis en las parcelas. Era una imagen algo cómica ver a un hombre tan grande paseando un perrito tan diminuto.
Su mujer Monika es una alemana con mucho temperamento, quizás por eso él era todo lo contrario. Lo siento muchísimo por ella. Espero que los del camping la arropen estos días.
Dicen que morir el día de Navidad es una bendición, ya que las puertas del cielo estan abiertas para todo aquel que quiera entrar.