martes, 18 de noviembre de 2014

Domingos de montaña y de meditación

Es un hecho. Activar tu cuerpo te pone de buen humor. Lo he experimentado tantas veces y en tantas ocasiones que ya puedo racionalizarlo y hablar de ello de forma empírica.
Cuando no salgo de casa y me paso el día durmiendo es normal tener ideas suicidas. No hay que sulfurarse. El humor se levanta automáticamente tras mover el culo y subir a la montaña. Cuesta mucho coger tu alma del suelo (literalmente) y sacarla por la puerta, pero una vez lo has hecho, la recuperación es inmediata. Y mientras caminas por las empinadas cuestas arriba, arriba, arriba, tu cerebro se llena de endorfinas como si fuera una jarra bajo un grifo de cerveza.
Y cuando respiras aire puro y miras hacia abajo y ves todo pequeñito, también ves pequeñitos los problemas, y parece que detrás de ti se hayan quedado las preocupaciones, lejos, lejos, lejos... el sentimiento de libertad es proporcional a la distancia que has recorrido.

Estando arriba me acordé de aquello que leí una vez sobre los óvulos de la mujer, una nace con todos ellos y se van desechando mes a mes hasta que ya no te queda ninguno.
Cuando el bebé está dentro de la barriga de su madre, ya empieza a fabricar sus óvulos a partir de la novena semana de gestación. En conclusión, cuando mi madre estaba formándose dentro del cuerpo de mi abuela, el ovulo que finalmente me daría a mi la vida ya estaba allí, junto a ellas dos. Y la sensación de que yo he formado parte de mi abuela me llena de alegría y emoción. Hemos estado materialmente unidas y soy parte de ella. ¡Qué maravilla!

Estos últimos domingos he ido a un curso de meditación. Desgraciadamente este momento de mi vida no es el mas idóneo para aprovechar al máximo los conocimientos que se comparten en él. Digamos que no me siento muy "espiritual" últimamente, y salgo de las sesiones con ganas de matar a alguien.

Pero tiene su parte buena, y es que el café previo que nos tomamos Elena y yo en el bar de enfrente me relaja mucho más que cualquier sesión de meditación.

He dicho!