jueves, 13 de noviembre de 2008

De vuelta

Menuda tontería tener miedo a la vuelta al trabajo. En realidad se tiene miedo a algo que no es real. Mi vuelta ha sido grandiosa. No me acordaba de lo mucho que me gusta trabajar aquí, hablar del tiempo con los clientes, echarme unas risas con mis compañeros, tomarme el cafetito de turno...
Sobretodo cuando se descansa, una vuelve con las pilas cargadas, llena de paciencia y de buen humor. Lo noto especialmente en el trato con los clientes. Lo que en otras ocasiones hubiera originado que me pusiera de mal humor, ayer me lo tomaba como algo sin importancia, y tiene su recompensa.
Ayer llegó una lady inglesa algo seca en una pequeña furgoneta. Le expliqué los precios y contesté sus preguntas con amabilidad. Le pedí que no moviera la furgoneta de la entrada hasta que no me hubiera dicho el número de parcela que había elegido. Después de un rato me doy cuenta que la furgoneta había desaparecido y ni rastro de la Lady. Eso es causa de enfado y en otra ocasión hubiera despertado en mi instintos asesinos, pero ayer... no me alteré, y cuando volvió la señora diciendo que ya estaba instalada en la B1-06 nisiquiera me molesté en decirle que lo había hecho mal (como normalmente hubiera hecho). Le recibí con una sonrisa y con él contato ya impreso. Al despedirse me pregunto mi nombre y me dió el suyo. Me contó que vive en Nueva Zelanda y ha estado viajando por Europa.
Hoy ha venido a pagar. Después de darle la factura y despedirme de ella me contó en un susurro que estaba escribiendo un libro sobre mujeres viajando solas para animar al genero femenino a aventurarse en viajes por Italia y Francia. Le dije que me parecía una idea estupenda y empezé a mirar a la Madame con otros ojos. ¡Así que se trata de una escritora! Por último me dijo con una sonrisa:"Y pienso nombrarte en algún capítulo"
Esto es lo que uno consigue por venir de buen humor de sus vacaciones.