Oye, pues resulta que con el tiempo me he vuelto una bruja.
La inocente Lucía que aguantaba todo ahora no pasa ni una. La vida es cruel y arruga hasta al más santo.
Hasta el culo de que la gente haga lo que le da la gana con los perros en el camping, hoy ví a una señora dejando que su terrier hiciera pis en una parcela delante de mis narices. Le llamé la atención y le dije que por favor NO dentro del camping. Cual fue mi sorpresa cuando al volver por el mismo sitio un minuto más tarde me los encuentro en el mismo punto exacto recogiendo una caquita de su perrito.
-¿Es que no me han entendido? ¡Les he dicho que aquí NO!
-Es que si tiro de él va haciendoselo por todas partes.
-Por lo menos intenten ir más deprisa hacia la salida
-Es que no puedo porque me duele la pierna
¡TOCATE LAS NARICES! Asì es como funciona el mundo. Pones unas normas para que todos las sigan y aunque firmen el papelito diciendo que sacarán al perro fuera ya saben desde el principio que van a hacer lo que quieran.
Ellos lo saben, se lo he dicho mil veces ¡Aqui no! ¡Aqui no! disimulan como si hubiera sido un accidente y al dìa siguiente igual. ¿¡Os lo podeis creer!? El camping se ha gastado dinero en un pequeño corral para que hagan sus necesidades los perros, y todas las mañanas a las 8 nos molestamos en cruzar el camping para abrir una puerta trasera y que asì puedan sacarlos, pero sus amos prefieren dejar que arruinen las parcelas, eso si, las del vecino.
Quizás tenga alma de dictadora, pero es algo que no puedo evitar. Y no son las cacas y los pises y las quejas de los otros clientes lo que más me molesta, sino que nos tomemos tantas molestias para que todo el mundo pase de las normas. Si el camping fuera mio pondría un vigilante, y a los primeros que pillasemos sacando a pasear al perro por el camping ¡A la puta calle! y después de un par de escarmientos la gente dejaría de hacer lo que le da la gana. Y si no quieren ¡Que se vayan! He oido que los campings de España que más trabajo tienen no admiten perros. Sería un sueño.