Benicassim parece el escenario de la película "Twister". El domingo pasado el viento parecia querer llevarse el pueblo entero, empezando por los árboles.
Un pino cayó en el camping, y ¡ZAS! partió una caravana en dos, como si fuera un tomate. Maldito viento. Ahora sacude los toldos y las persianas de casa, y auguro que no va a dejarme dormir en toda la noche.
Una hora y cuarto al teléfono con Ezequiel. Como en los viejos tiempos. Menos mal que ahora las llamadas a fijos son gratis. ¡Quien nos hubiera dado esa opción cuando eramos mas jóvenes! ¡Cuantas cosas quedaron por contar por miedo a la factura!
Me siento bien. Dentro de mi mundo me siento segura. Limones, sandia y barritas de chocolate.
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