lunes, 28 de abril de 2008

Zaragoza

Este fin de semana hemos conducido 4 horas de ida y 4 horas de vuelta a Zaragoza solo para pasar menos de un día en casa de Moises y Pilacha, pero ha valido la pena. De hecho se me ha hecho largísimo y tenemos la sensación de haber estado muchísimo tiempo fuera.
Visitamos el Ikea, que está a 7 kilometros de la casa de Moises, y aproveché para comprar una vitrina de cocina y una hervidora de agua.
Cenamos foundíe de carne en el jardín, había una temperatura estupenda y tomamos sorbete de horchata. Disfruté viendo el album de la boda y aluciné viendo lo delgada que salgo en las fotos. ¡Que tiempos!
Sobre las 12 nos fuimos a la cama, y dormimos de maravilla, rodeados de silencio, algo casi imposible de conseguir en Benicassim.
Al día siguiente hemos ido al parque con los niños, hemos paseado al sol, nos hemos tomado un vermú y unas tapas buenísimas y depués de comer hemos decidido irnos para llegar antes de que anocheciera.
La carretera ya no me da tanto miedo, este viaje me ha servido para coger confianza.
Ya de vuelta en nuestro humilde hogar, echo de menos esas copas de vino en el jardín de Moises y la buena compañía.
Tenemos que repetir.