Tengo los dedos helados y casi no atino a darle a las letras correctas. A medida que el día terminaba y empezaba a oscurecer el calor desaparecia. Ahora pasadas las doce de la noche la casa es un frigorífico. Se nos terminó la leña y no tenemos nada que quemar, como en un cuento de Dickens.
Escucho musica triste que me recuerda el pasado.
Eso que buscas lo vas a conseguir.
Tengo ganas de volver a escribir.
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