He abierto la nevera en busca de algo dulce y para mi alegría quedaban dos panna cottas de la cena de ayer. ¡Perfecto! una para mi y otra para Bartek. Ha pasado mas de un dia y aun siguen los platos sin fregar y las botellas de cerveza vacias encima de la mesa. Viendo todo así me da la sensación de que la fiesta aun no ha terminado del todo. Si me concentro aun puedo oir las voces de mis amigos e imaginarmelos alrededor de la mesa riendo. Esos momentos quisiera tenerlos siempre en una caja guardados para abrirla en los momentos en los que el mundo me decepciona. Mi gente es maravillosa.
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