Acabo de terminar mis vacaciones. 15 días de no hacer nada. Había pensado volver a Bayreuth, o visitar a Emma en Paris, o incluso irme a NY a ver a Jenni. Era ahora o nunca, porque la cantidad de dinero que tenemos de las sobras del préstamo no lo volveremos a tener nunca más. Tenía que haberme ido, pero no pude soportar la idea de dejar al polaco solo en casa. Es terrible, lo sé. Yo creía ser una mujer independiente, aventurera y llena de sueños y esperanzas... Supongo que el amor puede con mi espiritu feminista. ¡No quiero ir a ningún lado sin Bartek!
Por lo menos estos días de vacaciones han servido para acabar los trabajos de la casa nueva, y ahora estamos viviendo allí definitivamente. Todas las noches nos tumbamos los dos en nuestro sofá y admiramos nuestra obra, igual que Miguel Angel después de pintar la capilla Sixtina.
Es curioso. Nos van tan bien las cosas que todo lo que tengo que decir en este diario es absolutamente un MUERMO. Era más divertido cuando estaba triste y deprimida porque solía describir la vida como algo más interesante. Ahora todo parece un episodio de la abeja Maya.
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