lunes, 24 de junio de 2024

Bestialc de nuevo

 El sábado fuimos al festival de música de Alcora. Los conciertos se hacen en un espacio reducido, rodeados de arboles y montañas. Lo sorprendente es que no está masificado, a pesar de la calidad de los grupos y el buen ambiente. A 100 metros hay una cafetería donde los abuelos juegan a las cartas y puedes pedirte un café y usar el baño (de limpieza aceptable), sin hacer colas.

Los niños juegan en el jardín mientras sus padres escuchan los conciertos.  Puedes ver el show en primera fila sin que nadie te toque o te empuje. El sonido es fabuloso, y no hace ni calor ni frío. Es un estado de gracia infinita. 

Ojalá hubiera más festivales de este tipo. El año que viene sería un sueño si pudiéramos tocar nosotros. Disfrutaríamos doblemente del festival!

Lo que más disfruté de todo fue el grupo de mi exprofesor de bajo, "Gurugú". Ellos eran los segundos del cartel, y no había casi nadie escuchando. Parecía que estaban tocando para mi sola. Su grupo es una fusión de jazz y flamenco de los años 70, sorprendía por estar fuera de la línea de estilos del resto. Tocaron de maravilla. Los dedos de Juan Carlos subían y bajaban del mástil de 5 cuerdas. Me quedé flipando. ¡Cuánta sabiduría! 

Me pesa no haber seguido con las clases... hubiera aprendido lo que no está escrito de técnica y de solfeo. Todo lo que me falta ahora. Fue un fallo de juventud inconsciente... 

Aun así, valoro todos los años que fui, y me siento afortunada de haber aprendido de un artista con él, apasionado del instrumento y la música. 



lunes, 17 de junio de 2024

La agenda llena

 Una de las cosas que más placer me dan, es rellenar huecos en la agenda. Encajar todas las actividades y ver que tengo tiempo para todo. Creo que la base de mi felicidad viene de ahí, de ver como aprovecho cada minuto de mi vida para hacer cosas que me gustan y pasar ratos con gente que me cae bien. 

Aun así, siento que me falta tiempo para más. Hay gente importante que quiero mucho y a la que le dedico poco tiempo. Llevarlas en el corazón no es suficiente. Si algo he aprendido en estos últimos años, es que no basta con darlo por hecho. El amor se tiene que transmitir de alguna forma. 

jueves, 13 de junio de 2024

Culpabilidad, auto decepción y vergüenza injustificadas.

 A veces me sorprendo a mi misma sintiéndome frágil e indefensa como cuando era una adolescente y me sentía infravalorada por el resto de mi clase. 

Cuando recuerdo ahora esos momentos del pasado veo claro que el problema eran los otros y que yo era una persona altamente sensible a la que le afectaba cualquier actitud, palabra o mirada que interpretara ( o malinterpretara ) como rechazo.

A pesar de que ahora me considero una persona racional, segura de si misma y fuerte, siguen ocurriendo situaciones injustas en las que alguien ( sin importancia en mi vida, a veces un desconocido ) me da una mala contestación o me llama la atención por algo que claramente no es mi culpa. Y aunque racionalmente sé que no debería afectarme, mi yo adolescente inseguro y delicado del pasado, asoma de nueva por mi cabeza y me siento mal durante horas... días... 

Intento darle una charla motivacional a la parte de mi que se siente mal, racionalizar la situación, empatizar con el atacante para entender su actitud, y aun así no consigo mejorar mi estado de animo. Una sensación que todos conocemos,  como cuando te pillan copiando en un examen de historia en el instituto y se lo dicen a tus padres. Una especie de culpabilidad, auto decepción y vergüenza.

Y es absurdo, lo sé, pero no es posible esquivar la avalancha aplastante de sentimientos negativos.

Y pienso... si una persona adulta con kilos de experiencia a la espalda no puede superarlo...

¿Cómo podía hacerlo una niña de 16? 


martes, 11 de junio de 2024

Gritos

 El domingo por la noche a las 11:30h me iba a la cama y empecé a escuchar gritos en la calle. Alguien estaba rugiendo con todas sus fuerzas y su voz retumbaba en la plaza. Primero eran gritos, luego se le entendía decir algo así como " os mataré a todos!" Luego silencio... 

Me asomé a la ventana para intentar ver algo, pero lo edificios tapaban a la persona que estaba gritando. 

Volvía a gritar, volvía a amenazar con asesinarnos a todos... Su voz llenaba todo el espacio.

La gente en la calle, en la plaza, parecía tranquila... yo tenía miedo, estaba alterada, pero nadie más parecía estar preocupado. Nadie más se había asomado a la ventana a mirar. 

Por un momento se me ocurrió pensar que los gritos estaban solo en mi cabeza. Quizás solo yo podía escucharle... quizás era un fantasma y solo yo podía oír sus lamentos... 

La otra opción era que el resto del mundo se haya desnaturalizado y les parezca normal escuchar gritos a esas horas de la noche. Daremos por hecho que era un borracho, y que estaba de broma. No queremos pensar que era alguien que necesitaba ayuda, o una amenaza real a la humanidad... queremos vivir tranquilos y que no nos molesten. 


jueves, 6 de junio de 2024

Idioma invisible

 Ayer estuve en clase de Lindy con Luis. 

Las clases en la escuela de baile con otros profesores o en los festivales de swing, se basaban en la técnica, en el aprendizaje de los pasos como si hubiera que seguir un manual escrito en el suelo. 

Con Luis sin embargo aprendo más a sentir, a dejarme llevar, a improvisar... Una buena parte de la clase nos centramos en el contacto de las manos, y en intuir lo que el otro quiere transmitir, como si existiera un lenguaje invisible que más que entender, se adivina. 

En momentos de la clase estamos los dos con los ojos cerrados.

Disfruto mucho de esas clases. 

El baile es un nuevo idioma que se me da bien 💛


lunes, 3 de junio de 2024

Buenos días

Menuda "auto-shame" me da ver que no he escrito nada desde enero del 2023. Sobre todo siendo uno de los buenos propósitos que me había propuesto en el último post el volver a retomar mis tribulaciones por escrito. Pero lo cierto es que no escribir a veces es una buena señal, ya que la mayoría de las veces, en los últimos años, cuando quiero escribir es porque tengo ganas de desahogarme a causa de algo malo que me ha pasado. Aquellos post que escribía a diario solo para contar mi día a día pasaron a mejor vida. 
Pero aquí estoy de nuevo, con idea de retomar esos posts insulsos y sin sentido. Porque aunque no tenga nada especifico que contar, quiero dejar aquí constancia de lo bien que estoy en este momento presente de mi vida. 
A mis 47 años (casi 48) me siento joven, realizada y feliz.
No es que me vaya todo fenomenal... tengo mis rayadas mentales de vez en cuando... pero en general, me siento bien, me gusta despertarme por las mañana. 
Recuerdo los días en que dormir era un alivio porque los días eran insoportables. Por las noches me iba a la cama con ganas de descansar la mente y no volver a despertarme nunca. 
Recordar ahora esos momentos duros me sirven para refutar aun más el hecho de que ahora soy feliz. 
Sin días malos no puedes valorar realmente los buenos. 

 ¿Y que hace que este momento de mi vida sea tan maravilloso? 

Tengo al amor de mi vida a mi lado, 
Mi familia está más cerca, 
Cuento con muy buenos amigos, 
Me siento bien en el entorno laboral, 
Tengo una buena relación conmigo misma,
Practico muchos hobbies interesantes... (a veces me sorprendo a mi misma de todo lo que hago) 

Mucho tiene que ver el que no tenga hueco en la agenda para casi nada. Las actividades y la sensación de no estar perdiendo el tiempo en tu vida, transmiten esa sensación de bienestar y orgullo. 

Tratar de empatizar con lo que me rodea para entender aquello que me puede enfadar... 
pero no dejar que las necesidades de otros me fastidien los planes.
Un mix entre humildad y amor propio.
Sigo trabajando en mi.