Empieza la que se supone que debería ser la mejor etapa del año: las vacaciones
Y sin embargo las comienzo con una sensación amarga, como si no me las mereciera. Mi vida en el último año ha sido un desastre y dos semanas por delante me parecen poco para arreglarlo.
Y aquí en el aeropuerto, sentada en la puerta de embarque me pregunto:
¿Soy feliz? No
¿Me gusta mi vida? No
¿Hago algo para cambiarlo? No
¿Tengo ganas de hacer algo para cambiarlo? No
Pero al menos nos vamos, lejos, lejos, lejos, donde quizás los pensamientos no podrán perseguirme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta si estas de humor: