5-junio 2005
Debes pensar que soy una traidora.
Primero te recibí con los brazos abiertos, emocionada por tener un animal en casa. Me gustaba que durmieras conmigo, y jugaba contigo hasta cansarte. Te haciamos fotos disfrazado de santa claus, tumbado, encima del sofa, en la mesa de la cocina... ¡Que gato tan enorme! No eras muy cariñoso, ni muy listo (cuando te cortabamos las uñas te caias de todas partes) Pero para mi eras una de las grandes maravillas del mundo.
Luego te abandoné. Me fui de casa, aunque seguí visitandote casi todos los días. Después me marché a Alemania y colgué tu foto en la pared al lado de mi cama. ¡Como te echaba de menos! y luego a Francia donde conocí a Bartek y me alejé del mundo.
Estos ultimos años no te he hecho mucho caso porque las personas enamoradas se olvidan de todo. Pero aun así, cuando iba a verte te achuchaba durante horas y a ti te gustaba porque ya no te escapabas de mis caricias como hacías antes.
Me acuerdo de como corrias casi en vano soportado todo tu peso y derrapando en las curvas. Me acuerdo de tus ronroneos cuando te subias encima de mi hermana a dormir y mullias la colcha con tus uñas. Me acuerdo de como saltabas encima de la lavadora para escuchar los pájaros en la ventana y de como te daba miedo salir de casa como si el 7ºA fuera el único universo. Me acuerdo de los días que te bañabamos y salias corriendo empapado por la casa mojandolo todo. Me acuerdo de nuestros juegos y de como te rascabas en las puertas y de como arañabas el sofá.
Eras un huraño, pero poco a poco empezaste a querernos.
Ahora que te han detectado un tumor y te van a operar mañana, me arrepiento de no haber pasado mas tiempo contigo. En las ultimas semanas has perdido mucho peso. Ya no eres el mismo gato gordo de 10 kilos, pero sigues siendo mi Pilón.
6-Junio 2005
Acaban de llamarme del veterinario para decirme que el tumor te había comido por dentro. Me han pedido permiso para no despertarte y se lo he dado.
Cuando te dejé esta mañana en la sala de operaciones me miraste con esos ojos tuyos azules, enormes y parece que ya lo sabías.
Te vamos a echar mucho de menos.
Después de hablar con el veterinario por teléfono y colgarle, le volví a llamar corriendo.
"Despidete de nuestra parte ¿vale?"
"Vale, le daré un beso de vuestra parte"
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